Son habituales en gran cantidad de viviendas los problemas de humedad que pueden derivar en problemas de salud para los ocupantes de la vivienda (asma, alergias…), o daños en la propia estructura del edificio o estéticos (manchas de moho, pintura desconchada…)
La humedad puede ser de tres tipos:
- Capilaridad: la humedad sube desde el suelo por cimientos y paredes.
- Infiltración: en zonas soterradas como sótanos y garages a veces la humedad pasa del terreno al interior a través de la pared.
- Condensación: la más habitual de las tres. Vamos a ver como evitarla en este artículo.
Origen de la humedad por condensación
La condensación tiene su origen en el agua en forma de vapor que está contenida en el aire. Este vapor de agua puede condensar (pasar a estado líquido) cuando entra en contacto con una superficie ‘fría’, con una temperatura por debajo de la llamada temperatura de rocío.
Por ejemplo a 20ºC y una humedad relativa del 80% la temperatura de rocío es de 16’44ºC. En estas condiciones sobre cualquier superficie que esté por debajo de esa temperatura aparecerán las típicas gotitas de agua.
La humedad relativa en una vivienda aumenta fácilmente con actividades normales como lavar, ducharse, secar ropa, cocinar, etc. La simple respiración de los habitantes de la casa generan una gran cantidad de vapor de agua.
¿Cómo evitar la humedad por condensación?
La mejor forma de evitar la condensación es hacer que la humedad relativa se mantenga en niveles adecuados. Para reducir la humedad relativa se pueden usar deshumidificadores, aunque esta es una solución poco eficiente desde el punto de vista energético, con un gran consumo eléctrico.
La mejor solución es la ventilación con recuperación de calor. Con la ventilación renovamos el aire interior de la vivienda evitando que la humedad relativa aumente. Al mismo tiempo conseguimos que la temperatura de condensación (temperatura de rocío) baje.
Por ejemplo, la misma habitación que teníamos anteriormente a 20ºC con una humedad relativa del 60% pasa a tener una temperatura de condensación de 11’99ºC, con lo cual es practicamente imposible que el vapor de agua condense en ningún sitio.
La mejor forma de evitar la condensación en la vivienda es la ventilación con recuperación de calor
Con la ventilación con recuperación de calor de getAir tendremos otras ventajas como:
1. Salud de los ocupantes: al ventilar de forma continua se dispone de aire limpio 24 horas al día, libre de humedad, moho , CO2, malos olores…
2. Ahorro en calefacción. Los ventiladores getAir tienen un rendimiento en recuperación de calor de hasta el 91%. Esto supone ahorros en calefacción de hasta un 50% al no tener que abrir las ventanas. Con este ahorro nos aseguramos la recuperación de la inversión en poco tiempo.
3. Protección del edificio. Mantener la humedad en niveles adecuados evita daños a paredes, muebles, electrodomésticos…
4. Aislamiento acústico. Al poder mantener las ventanas cerradas evitamos el ruido de la calle.
5. Salud. Se filtran prácticamente la totalidad de partículas de polvo y polen del exterior (getAir dispone opcionalmente de unos filtros electrostáticos para polen especialmente indicados para gente con alergias).
Además el consumo es mínimo de 0’8 a 4W según la velocidad del ventilador ( un televisor en stand-by puede consumir mas), y el ruido generado muy bajo, de 11 dB a 33 dB.